¿Qué es eso de la salud financiera? ¿Cómo hago para alcanzarla? En este artículo te lo explico y te presento la guía para organizar tus finanzas personales
Así como existen la salud física y mental, también existe la salud financiera. Es un término que se ha ido popularizado y del que cada vez más personas hablan y se interesan por mejorar. Comparado con la salud física que te permite tener un cuerpo fuerte y te sostiene para vivir más fluidamente tu día a día, la salud financiera es un concepto similar, trasladado a tus finanzas personales.
Una buena salud financiera nos da la capacidad de vivir la vida sin mayores complicaciones en temas de dinero y de superar más fácilmente los problemas que puedan presentarse. Los problemas financieras nos roban gran parte de nuestra energía y producen un malestar general en otras áreas de nuestra vida, como el estado de ánimo, la motivación, creatividad y autoestima. Es un tema que no debemos pasar por alto; la salud financiera nos brinda la tranquilidad necesaria para dedicarnos a disfrutar y mejorar otros aspectos importantes de nuestra vida, que tendemos a dejar a un lado cuando tenemos preocupaciones financieras.
Las personas financieramente sanas no son necesariamente personas con mucho dinero. Gozar de altos ingresos nos permite disfrutar de muchas cosas, pero la salud financiera está más relacionada con una buena administración que con la cantidad que ganemos. Las personas con altos ingresos que no implementan buenas prácticas con sus finanzas, eventualmente terminan con un presupuesto muy ajustado o insuficiente para pagar sus gastos. Por el contrario, aquellas con un nivel de ingresos “suficiente” y con buenas prácticas, gozan de salud financiera incluso si su dinero apenas les alcanza para cubrir sus gastos. Las buenas prácticas financieras no son un tema de una sola vez; de la misma forma que la salud física requiere ejercicio y buena alimentación de forma constante, la salud financiera también requiere que adoptes ciertos hábitos y hagas de ellos un estilo de vida.
A continuación te presento los hábitos que debes adoptar para alcanzar tu salud financiera:
1. Acepta y cuida lo que hoy produces
Lo que hoy ganas es lo que hay. Acéptalo, gasta en la medida de tus posibilidades y adminístralo como debe ser. No significa que hay que resignarse a tus ingresos actuales, todo lo contrario. La idea es generar un estado mental de tranquilidad que te permita ocuparte en hacer y ejecutar un plan para generar más ingresos en vez de andar preocupado en cómo pagar tus gastos.
Sin importar lo que actualmente ganes, implementa este y los otros hábitos a tus finanzas.
2. Genera capacidad de ahorro
Conoce muy bien tus números y presupuesta tus gastos para que siempre sean menores a tus ingresos. Si tus ingresos mejoran, incrementa tus gastos en una menor proporción. Por ejemplo, si una persona ganaba $5.000, gastaba $4.000 y le incrementaron el salario a $8.000, si es responsable con sus finanzas mejorará su estilo de vida hasta un nivel que los gastos incrementen en $2.000. Como sus nuevos ingresos son $8.000 y sus gastos de $6.000, su capacidad de ahorro pasó de $1.000 a $2.000. Ahora esta persona tiene sus finanzas menos apretadas y puede destinar esa capacidad de ahorro para acelerar el pago de sus deudas o ahorrar para alcanzar objetivos de largo plazo.
3. Define tus objetivos financieros
Cuando hablo de objetivos financieros me refiero a esas cosas que sueñas tener y que valen mucho dinero, como por ejemplo una vivienda, un negocio, un año sabático o un retiro anticipado. Reflexiona sobre como quieres vivir en el futuro y planea desde ya como obtenerlo. Si empiezas a ahorrar desde ya para tus metas, le ahorrarás a tu persona del futuro mucho dinero haciendo que no tenga que tomar un crédito y pagar intereses. Muchas personas fallan en establecer estas metas, y es tan fácil como tomarse un momento en pensar qué vas a necesitar para vivir el estilo de vida que deseas. Te dejo un par de casos que puedes tomar como ejemplo para definir tus propias metas.
Si quiero tener hijos, mi objetivo es ahorrar para pagar sus estudios
Si quiero viajar por el mundo, mi objetivo es ahorrar lo suficiente para gastar y no recibir ingresos durante 1 año
Si quiero abrir un negocio, mi objetivo es ahorrar para ponerlo en marcha y pagar sus gastos hasta que sea rentable
Puedes utilizar nuestro Simulador de ahorro y calcular cuánto deberías ahorrar mensualmente para alcanzar tu objetivo.
4. Estabiliza tus gastos
Además de incluir en el presupuesto los gastos recurrentes, incluye los que no lo sean; por ejemplo las vacaciones, seguros anuales, impuestos, regalos de navidad o matrículas de universidad son gastos más altos de lo normal y nos pueden “descuadrar” el mes si no estamos preparados para pagarlos. La forma de prepararnos es haciendo provisiones, una práctica en la que separas parte de tus ingresos para ir “pagando” los gastos más grandes y menos frecuentes. Este es uno de los hábitos que más impactan positivamente tus finanzas. Te invito a leer aprender sobre Los 5 pasos para estabilizar tus finanzas y a descargar la Calculadora de provisiones para saber el monto mensual a provisionar.
Además, acostumbra revisar semanalmente cuánto gastaste con tu tarjeta de crédito y separa este valor de tu cuenta de ahorros hacia, por ejemplo, una Fiducuenta o un bolsillo del banco. De esta forma tendrás mejor control de lo que queda disponible de tus ingresos y podrás tomar decisiones de gasto más acertadas con tu capacidad de gasto, al mismo tiempo que tienes cubierta la deuda de la tarjeta de crédito.
5. Construye un fondo de emergencias
No estamos exentos de algún gasto que no tengamos presupuestado. Una visita inesperada al mecánico o una calamidad doméstica pueden impactar nuestro bolsillo, y siempre es buena idea tener un “colchón” que amortigüe el golpe. En un caso extremo, el fondo de emergencias es especialmente útil en el desafortunado caso de perder nuestro trabajo, o también si tenemos planes de renunciar al empleo para empezar un negocio propio. Un fondo de emergencias ideal es de más de 1 mes de ingresos. Por ejemplo, si estás feliz en tu trabajo y lo consideras estable, 1 mes de salario te deja bien cubierto para atender imprevistos. Si consideras que tu trabajo no es estable o estás considerando un cambio de empleo, un fondo de emergencias de 3 a 6 meses tus ingresos es mejor idea. El monto que ahorres en el fondo de emergencias debería darte la tranquilidad de que, pase lo que pase con tus finanzas, vas a estar bien mientras se normaliza la situación. No gastes el dinero del fondo de emergencias a menos que sea estrictamente necesario. Esta práctica tiene efectos psicológicos muy positivos. Tendrás más confianza en ti mismo y en la vida y dejarás el miedo a perder cosas que en el fondo no quieres.
6. Presupuesta tu deuda
No te voy a decir que no te endeudes ni mucho menos en que gastar tu propio dinero. Aunque la deuda se le considera mala porque genera gastos en forma de intereses, algunas veces tenemos la capacidad y disposición de asumirlos. Ten en cuenta que al tomar un crédito estás pagando al banco por el servicio de comprar antes de que tengas el dinero; considero que es un servicio útil, pero tiene un precio que deberás conocer y estar dispuesto a pagar. Simplemente te recomiendo que seas responsable en el momento de endeudarte. Si puedes gastar mensualmente $500 en un vehículo, toma un crédito cuya cuota sea de $500; y si no te alcanza con la deuda, ahorra los $500 hasta que completes lo que haga falta en lugar de tomar una deuda excesiva que te descuadre tu presupuesto con una cuota mayor a la que planeaste. Puedes usar la Calculadora de deuda responsable para conocer el monto máximo que deberías pedir prestado, según la cuota que tengas presupuestada y las condiciones del crédito.
7. Planea tu retiro con anticipación
Uno de los temas financieros más ignorados por muchas personas, especialmente entre los 20 y 40 años, es el tema de la pensión. Es un gasto muy grande ya que debemos tener ahorros suficientes para pagarnos a nosotros mismos una mensualidad entre los 60 y 85 años, es decir, durante alrededor de 25 años.
El aporte por ley a la pensión es del 16% de nuestros ingresos; un ahorro así durante 40 años con una rentabilidad igual que la inflación, nos alcanzaría para recibir nuestros ingresos durante apenas 6 años y 5 meses. Si aportamos durante 20 años, los ahorros nos alcanzarían para 3 años y 2 meses. Por esto es muy importante que tengas en cuenta que aportar el 16% no es suficiente sino que el ahorro debe ser mayor. No te confíes únicamente de los aportes por ley; lo repito, no es suficiente, las matemáticas no cuadran. De esta situación se origina el problema que tienen casi todos los fondos de pensiones del mundo: cada vez se incrementa más la edad de retiro y se disminuye la mesada. Mi consejo es que, además de los aportes por ley, construyas un fondo de pensiones alterno. Acá algunas ideas:
Ahorra el 10% de tus ingresos e inviértelos. No planees gastarlo hasta el momento de tu retiro.
Ahorra para comprar 2 o más viviendas
Construye un negocio que pueda funcionar sin tu presencia
8. Invierte tus ahorros
Te recomiendo no dejar dinero en una cuenta de ahorros durante mucho tiempo, sabiendo que puede generar rentabilidad en otros vehículos. Con un par de clics puedes invertir tu dinero para que genere ganancias que lo protejan contra la inflación y te ayuden a alcanzar tus metas. Invertir es un aspecto que genera incomodidad porque puede llegar a ser algo confuso y difícil de entender; por eso te recomiendo que tengas tu asesor financiero de confianza que te indique donde puedes hacerlo. Haciendo clic aquí puedes reservar una sesión conmigo y juntos buscamos inversiones que se ajusten a tu situación.
9. Asegura lo irreparable
Desde un punto de vista matemático, los seguros son una muy mala apuesta porque la prima que pagamos es sustancialmente más alta que el beneficio que percibimos, ya que los imprevistos que aseguramos pocas veces ocurren. Sin embargo, a la vida no la rigen las matemáticas y los imprevistos no anuncian su llegada. Mi recomendación es que encuentres un equilibrio entre lo que debes asegurar y lo que no, según el impacto que pueda generar en tus finanzas. Un vehículo es un buen ejemplo; en caso de hurto o accidente, reponer el vehículo implicaría un gasto muy grande que tus finanzas no sufrirán si lo tienes asegurado. Por el contrario, el daño de un electrodomésticos o las garantías extendidas de tu PC son incidentes que podrías reparar de tu fondo de emergencias sin mayor impacto. Si no te alcanza para reparar un incidente con tu fondo de emergencias, asegúralo.
Como última recomendación, incorpora un hábito a la vez para que no te abrumes con muchos cambios al tiempo. Entre más de ellos adoptes, más sanas serán tus finanzas y más tranquilidad traerás a tu vida, especialmente a tu ámbito financiero.
Gracias por leer hasta el final. Te agradezco mucho si respondes las dos preguntas de selección múltiple que están al final.
¡Muchos éxitos y buenas finanzas!
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Genera capacidad de ahorro
Define tus objetivos financieros
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